En este artículo, te explico por qué el sueño es fundamental para tu bienestar, los problemas que pueden alterarlo y cómo implementar estrategias efectivas para mejorar su calidad y prevenir posibles trastornos.
A continuación, describo algunos de los trastornos del sueño más comunes:
Insomnio
Hipersomnia
Narcolepsia
Trastornos del ritmo circadiano
Parasomnias
Las parasomnias son un grupo de trastornos del sueño caracterizados por la aparición de eventos físicos o experiencias indeseables que ocurren al inicio, durante o al despertar del sueño. Estas se clasifican según la etapa del sueño en la que ocurren:
Trastornos del despertar durante el sueño no REM. Incluyen episodios como el sonambulismo, los despertares confusos y los terrores nocturnos.
Parasomnias asociadas al sueño REM. Incluyen experiencias como las pesadillas y la parálisis del sueño.
Contar con un sueño reparador no siempre es fácil, pero adoptar ciertos hábitos y realizar ajustes en el entorno puede marcar una gran diferencia. Estas recomendaciones pueden ser útiles tanto para quienes buscan mejorar la calidad de su sueño como para aquellas personas que padecen algún tipo de trastorno de los que he descrito anteriormente.
1. Mantén una buena higiene del sueño
La higiene del sueño implica una serie de hábitos y condiciones que promueven el descanso. Aquí te enumero algunas pautas clave:
Establece un horario regular. Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj biológico y facilita conciliar el sueño.
Usa la cama solo para dormir. Evita usar la cama para trabajar, estudiar o ver televisión, ya que esto puede hacer que tu cerebro asocie la cama con actividades distintas al descanso.
Evita las siestas prolongadas. Las siestas largas durante el día pueden dificultar conciliar el sueño por la noche. Si necesitas una, intenta que sea de menos de 30 minutos y no la tomes después de las 3 p.m.
2. Controla la exposición a la luz
La luz tiene un impacto significativo en el ciclo de sueño-vigilia. Para mejorar tu descanso, considera lo siguiente:
Recibe luz natural por la mañana. La luz matutina ayuda a regular el ritmo circadiano y envía señales al cerebro para mantenerse despierto y alerta durante el día.
Evita la luz azul antes de dormir. El uso de dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona clave para el sueño. Intenta reducir su uso al menos dos horas antes de acostarte o utiliza filtros de luz azul.
3. Mantén un ambiente propicio para el descanso
Las condiciones del dormitorio juegan un papel importante en la calidad del sueño:
Controla la temperatura. Un ambiente fresco es ideal para dormir. La temperatura recomendada para la habitación suele estar entre los 18 y 21 grados.
Reduce la exposición a ruidos y luz. Los sonidos fuertes o intermitentes y la luz brillante pueden interrumpir el sueño. Utiliza cortinas gruesas o antifaces para bloquear la luz y considera usar tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si tienes problemas con el ruido.
Asegura una cama cómoda. Un colchón y almohadas adecuados para tu postura pueden mejorar significativamente la calidad del sueño. Opta por materiales y firmeza que se adapten a tus necesidades.
4. Cuida tu alimentación y evita estimulantes
Lo que consumes durante el día, especialmente en las horas previas a acostarte, puede afectar tu sueño:
Limita el consumo de cafeína y nicotina. Estas sustancias son estimulantes que pueden dificultar conciliar el sueño. Evítalas al menos 4-6 horas antes de acostarte.
Modera el consumo de alcohol. Aunque el alcohol puede inducir somnolencia inicial, afecta las fases del sueño profundo y REM, esenciales para un descanso reparador. Esto puede provocar un sueño fragmentado y de mala calidad.
Evita las comidas pesadas antes de dormir. Comer en exceso o consumir alimentos pesados justo antes de acostarte puede provocar incomodidad digestiva y dificultar el sueño. Intenta cenar al menos dos horas antes de dormir.
5. Realiza actividad física
La actividad física es beneficiosa para el sueño, ya que reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Sin embargo, evita hacer ejercicio intenso en las 2 o 3 horas previas a dormir, ya que puede tener un efecto estimulante que dificulta la conciliación del sueño.
6. Establece una rutina relajante antes de acostarte
Crear un ritual de relajación nocturna puede ayudar a señalar al cuerpo que es hora de dormir:
Incorpora técnicas de relajación. Practicar ejercicios de respiración, meditación o relajación muscular progresiva antes de acostarte puede reducir el estrés y facilitar el sueño.
Toma un baño o ducha tibia. Esta práctica ayuda a disminuir la temperatura corporal, lo cual puede ayudar a conciliar el sueño más rápidamente.
Evita las pantallas electrónicas. El uso de dispositivos antes de dormir, además de la luz azul, puede activar mentalmente y dificultar el descanso. Opta por actividades relajantes como leer un libro físico o escuchar música suave.
Si a pesar de implementar estas recomendaciones sigues teniendo dificultades para conciliar el sueño o sientes que tu descanso no es reparador, no dudes en buscar ayuda profesional. Agendar una consulta puede ser el primer paso para mejorar tu bienestar. La primera sesión es gratuita. ¡Estoy aquí para ayudarte!
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